Visitamos primero el Buda dorado, en China Town. Según la guía, es completamente de oro, lo de dorado se le queda corto.
Después fuimos al templo del Buda gigante y ya se puede intuir en la foto por qué se sé llama así
En el Palacio Real hay muchos edificios dorados, estatuas de monstruos y elefantes.
Otros edificios están recubiertos de mosaicos de colores, pero también predomina el dorado, que se ve que les gusta.
La sala del trono no se puede fotografiar. El propio trono es enteramente de oro y la sala tiene unas lámparas de araña tremendas.
Para rematar la Mañana fuimos a ver el templo del Buda reclinado. Es enorme y, por supuesto, dorado.
Al medio día nos refrescamos un poco en la piscina y comimos cerca del hotel: arroces y rollitos Tailandeses, muy ricos.
Muertos de cansancio por tanta visitas con calor extremo, descansamos otro rato por la tarde.
Sobre las cinco fuimos al embarcadero de río, que está aquí al lado y cogimos una lancha que hace un recorrido bastante largo. No es sólo turística, tambíen la usan como transporté urbano.
Lo más curioso del recorrido es ver el contraste entre unas zonas a un margen del río, muy humildes y con chabolas y otras con rascacielos, hoteles de lujo...
Cenamos otra vez aquí cerca y todo típico tailandés: curry, pollo con cebolletas y maíz baby, arroz frito y saquitos de verdura.
Por fín, esta noche, hemos probado el masaje tailandés, y hemos quedado muy relajados.
Ahora ya nos retiramos. Mañana toca madrugar mucho para ir de excursión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario