jueves, 31 de marzo de 2011

Un marzo muy convulso.

Es curioso, pero es precisamente este mes en que no he ido a trabajar ni un día, cuando menos tiempo he tenido para ponerme a actualizar el blog. Mientras tanto, han ocurrido tantas cosas, que haré sólo un pequeño resumen:
       Aún era febrero, pero ya los últimos días y nos fuimos a Consuegra, el pueblo de César, a conocer las remodelaciones de la casa de sus padres y a disfrutar de un fin de semana rural y gastronómico. No tengo documento gráfico del evento. Entre otras cosas porque no tuve mucho tiempo. Lo que podríamos llamar "la maldición de las piraguas" se volvió a cumplir: mi cuerpo notó que había posibilidad de remontar las Hoces del Duratón y la rechazó de tal manera que hasta se me salió el brazo de sitio y desde entonces estoy de baja.
   Para no desaprovechar el tiempo y coincidiendo con los carnavales, me vine con mis padres a La Coruña.
El objetivo gastronómico lo cumplí sobradamente (orejas, filloas, lacón con grelos...) y de paso paseé mucho, aunque fuese con el brazo atado al cuerpo. Como muestra de paseo pongo una imagen tomada desde "O Xeixo Branco", que para los castellanos sería "Cuarzo Blanco".
     Después de un par de semanas en La Coruña, mis padres, Ali, Jordi y las niñas, se iban a Tenerife, así que para no quedarme yo aquí solo y discapacitado, decidí irme con ellos y hacer más llevadera la convalecencia. Por supuesto, las primeras fotos son para  mis niñas, Vega y Lía preparadas para el sol (que casi no vieron).










 

     Allí en Tenerife, nos coindió una enorme luna llena. Como la casa donde estábamos, la de Victor Pablo, está justo enfrente de la costa, tuvimos unas vistas espectaculares.



     Después de este descanso regresé a Madrid con mi madre para para las revisiones médicas, pero vía Santiago de Compostela, La Coruña y desde allí en el Talgo (creo que somos los únicos turistas que hacen semejante ruta).
     Una vez realizados todas las gestiones y para seguir con nuestro plan de clentes del año de Renfe, nos cogimos un AVE a Cuenca. Ninguno de los dos conocía la ciudad y así hicimos un poco más de turismo. Como muestra pongo a Margarita delante de unas vistas de las casas colgadas.


  Para rematar el ferroviario mes, ayer nos volvimos a casiña otra vez en el mismo Talgo. Ya sólo queda la rehabilitación y supongo que el próximo mes de abril será algo más tranquilo.





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