Tienen también una maqueta enorme con muchos trenes funcionando y un circuito con unos trenes con vagones-asiento para que viajen los niños con los papás llenos de orgullo.
A pesar de todo esto creo que lo que más nos gustó fue el vagón-cafetería decorado de época: con unas mesas, bancos y lámparas preciosas. Hasta la cafetera es bonita. Volveremos algún día a desayunar.
Comos el martes vino Mamá-Margarita a Madrid, visitamos el miércoles el Museo del Prado (la exposición del Hermitage en el Prado).
El jueves nos cogimos el Ave a Segovia. Estuvimos merendando con Alberto y después nos llevó de paseo por por el centro. Ademas de lo obvio (en la foto), Segovia tiene unas calles con casas muy bonitas, muy bien cuidadas, todas bajas y con balcones. La Catedral es enorme y quizás, lo que menos me llamó la atención fue el Alcázar.En resumen: la visita fue bien aprovechada como siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario